miércoles, 5 de junio de 2013

'Las Leonas' ponen las garras en el rugby español


"El rugby es un deporte de bárbaros jugado por caballeros”, dijo Winston Churchill. El primer ministro británico se equivocó. Es cierto que el juego del balón oval se asocia desde sus inicios a finales del XIX con sentirse cómodo en el barro, recibir golpes sin mostrar dolor y mucha, pero mucha testosterona, cualidades que desde siempre se han asociado más a los hombres, pero en España precisamente la selección de rugby femenina es el único combinado nacional con mejores resultados que sus compañeros de la sección masculina.

   El rugby llegó a España en 1911 a través de Barcelona. Allí, el Español, primer club nacional, se enfrentó al Patrie francés con resultado favorable para el combinado extranjero. En aquella época, nadie podía imaginar que las mujeres terminarían siendo el baluarte de la Federación Española de Rugby. Hasta finales de los años 70 no comenzaron las féminas a mover el balón oval. El primer equipo femenino lo formaron  las estudiantes de la facultad de Educación Física de la Universidad de Barcelona. Estas vivieron ajenas al desprecio que siempre se mostró hacía ellas con frases como: “El rugby femenino, ni es rugby ni es femenino”. Pusieron la primera piedra de un edificio que ha conseguido situar a las chicas entre las diez mejores del  mundo.

   ‘Las Leonas’, como les conoce la afición, tienen un palmarés envidiable. Tres campeonatos de Europa (1995, 2003 y 2010) y participación en todas las Copas del Mundo, a excepción de 1994 y 2010, siendo descalificadas de la primera por falta de presupuesto. Mientras, el combinado masculino sólo se ha clasificado una vez para el Mundial y perdió todos sus encuentros.

   Hace un mes, las chicas de Inés Etxegibel se clasificaron para la Copa del Mundo de Francia. Este logró parece irrelevante para una selección de primer nivel, pero un enfrentamiento contra Italia nunca es un partido más para el combinado nacional. España disputaba hasta 1999 el VI Naciones, principal torneo anual a nivel de selecciones, pero la IRB, International Rugby Board, las sustituyó por las chicas de la selección transalpina. Con unos méritos deportivos intachables, la selección femenina fue eliminada del torneo por el poco prestigio del combinado masculino. Esta decisión fue muy polémica, pero parece innegociable. Bruno López, analista de rugby de Antena 3 y Marca, ve “muy complicado” que las chicas vuelvan a disputar el torneo. ”La única solución es que el rugby masculino consiga ser más competitivo”, afirmó.

   El rugby en España siempre ha sido un deporte minoritario, actualmente sólo un 0,71% de los deportistas se dedican a esta modalidad. Mientras 830.297 hombres y 39.023 mujeres están federados a fútbol en España, sólo 24.849 personas, 1654 mujeres, se dedican a rugby a nivel profesional o amateur. Con todo, la tendencia es positiva. En el año 2001 sólo había 843 licencias femeninas en España, en 2009 pasaron a ser 1396 y actualmente se ha llegado a la cifra récord de 1654.

   López defiende que la clave del éxito de ‘Las Leonas’ es el haber convertido “una adversidad en una oportunidad”. El rugby nacional recibe 1.154.459 euros anuales en subvenciones, cifra que se aproxima al presupuesto de un equipo de fútbol de Segunda División B. Este dinero se destina para cubrir gastos federativos y lo que queda se distribuye entre los 218 equipos que hay en España.

   De este modo, una de las mayores reivindicaciones históricas del rugby español siempre ha sido la necesidad de que las instituciones aumenten su apoyo económico. Comparando el rugby con otros deportes minoritarios queda demostrado que el deporte oval sale perjudicado a nivel de subvenciones. El judo nacional recibe 1531.651,37 euros por año, el remo 1725.138,16 y el piragüismo: 2.285.573,65. Esta aparente injusticia de las instituciones tiene una razón: el rugby nunca ha sido un deporte olímpico.

Deporte Olímpico
Por suerte, esto va a cambiar. El COI anunció en 2009 que el rugby a siete, no confundir con el ‘rugby union’, será incluido en el programa olímpico a partir de los Juegos de 2016. Este hecho proporcionará al rugby los fondos necesarios para hacer frente a todos sus gastos. Como por ejemplo, los 26 viajes que las distintas selecciones han tenido que realizar durante el último año. “Será un gran empujón económico para la modalidad de ‘seven’, pero más que eso, dará visibilidad a todo el rugby y en especial al femenino, donde somos muy competitivos”, afirmó el periodista de Marca y Antena 3. Además, los jugadores y jugadoras de rugby podrán a partir de la cita olímpica comenzar a formar parte de las becas ADO, destinadas a apoyar el desarrollo y la promoción de los deportistas nacionales de alto rendimiento olímpico. De esta ayuda, se benefician actualmente en España 195 hombres y 146 mujeres.

   En rugby femenino se está trabajando bien, pero tiene fallos estructurales que hacen que su crecimiento sea mucho más lento. En primer lugar, hay un problema de base, el deporte oval se promociona muy poco en las escuelas, y cuando se hace, es apelando a los cojones como reclamo para que los chicas y chicas se apunten. Como se pueden imaginar, así es muy difícil. El rugby femenino es más vistoso que el masculino, con menos agrupamientos y un juego más a la mano, que además, permite que participen en el juego gente con todo tipo de cualidades físicas, pero las chicas, en la mayoría de los casos, no comienzan a jugar hasta que a partir de los 18 años llegan a la Universidad.

   Bruno López va más allá y pide un cambio “radical” en los campeonatos femeninos nacionales, que actualmente están divididos en competiciones autonómicas en las que los clubes mejor clasificados pasan a formar parte de la División de Honor. “Los equipos de División de Honor a menudo se pasean en la liga regional con resultados muy abultados. Eso no les sirve de nada ni a los clubes fuertes, que no encuentran en esos partidos utilidad para preparar los grandes choques de División de Honor, ni a los clubes más modestos, que no encuentran margen para aprender con esas grandes derrotas”, manifestó.

    Otro motivo por el que el rugby nacional no atrae a más mujeres se encuentra en los progenitores de estas. En una encuesta sobre hábitos deportivos realizada en 2010 por Manuel García y Ramón Llopis, profesores de la Universidad de Valencia, se podía extraer que las mujeres cuyos padres han hecho deporte, seguían el modelo de estos y realizaban deporte en un 64% por solo un 61% de los hombres con padres deportistas. Esto indica la importante influencia que tienen los padres sobre las mujeres, así que es fundamental que estos sean los primeros que animen y promocionen el rugby entre sus hijas, ya que sin el apoyo paterno, como pasa en la mayoría de los casos, es muy complicado ser constante en edades tempranas.

    Con todo, como defiende Diego Dolan, director de rugbyfemenino.com, las chicas españolas tienen “mucho mérito” porque no es fácil ser “competitivas” teniendo menos de 2000 licencias y enfrentándose a rivales como Inglaterra, que tienen 13000 jugadoras federadas en la actualidad.

Situación en la C. Valenciana
Por otro lado, la Comunidad Valenciana es una de las autonomías donde el rugby tiene menor arraigo. Actualmente no hay ningún club masculino o femenino en División de Honor. Sólo La Vila, descendida este año por el cese de las ayudas municipales, ha conseguido ganar una liga. En rugby femenino, la situación es desoladora. Con 5.009.647 millones de habitantes sólo juegan 144 chicas en la Comunidad, mientras en otras regiones menos pobladas como Galicia, que tiene 2.771.976 habitantes o el  País Vasco con 2.184.696, tienen más licencias que la Federación Valenciana. Concretamente, están federadas 158 jugadores gallegas y 163 vascas.

   Sin embargo, que haya afición al rugby en una determinada Comunidad, no es sinónimo de que se respalde el rugby femenino. En Castilla y León, después de  Madrid y País Vasco la autonomía con más licencias masculinas en proporción a su población y  que cuenta con dos equipos históricos como el Quesos Entrepinares y el Cetransa El Salvador, ambos de Valladolid, sólo hay 135 licencias femeninas. Con todo, Castilla y León es un ejemplo porque gracias al padre Bernes, sacerdote francés del colegio El Salvador, está implantada la idea de que es necesario que los chicos y chicas comiencen a practicar rugby cuando antes, lo que permite que los clubes castellano leoneses siempre tengan una muy buena cantera. En cambio, sólo las niñas de los equipos de la provincia de Valencia pueden jugar en categorías inferiores, por lo que las chicas comienzan a jugar siendo casi adultas. En la provincia de Castellón, por ejemplo, no hay ningún equipo femenino de rugby a XV.

    Con la selección masculina sin casi opciones de clasificarse para la Copa del Mundo, el gran reto de la Federación debe ser que las chicas cuenten con los mejores medios para preparar el Mundial. Para esta cita, su entrenadora, Inés Etxegibel, contará con ocho jugadoras que ya estuvieron en la última Copa del Mundo. Un equipo, que además, está compuesto prácticamente solo por españolas a diferencia del equipo masculino donde más de la mitad de los jugadores son nacionalizados o hijos y nietos de emigrantes españoles. Así pues, con un buen equipo femenino, una progresión en el número de licencias y la entrada de dos patrocinadores fuertes en la Federación como son Orange y la cerveza Heineken, todo hace indicar, que como dice Bruno López: se esperan grandes tiempos para el rugby español”.

lunes, 7 de mayo de 2012

Los hijos del volcán


Tonga no es un vistoso baile que la gente de la tercera edad baila con un colgante de flores en una perdida de dignidad preocupante. El Reino de Tonga es la unión de más de 170 islas, 50 deshabitadas, en el recoveco más desconocido del Pacífico. El archipiélago no tenía partidos políticos hasta la mitad de los años 90, el Rey controla los medios de comunicación del país, el tongano sigue viviendo de la pesca y la agricultura y su selección de fútbol fue la primera en perder contra Samoa Americana, reconocida internacionalmente como la peor del mundo. Pero hay algo de lo que todo tongano se siente orgulloso, de las Águilas del Mar, su selección de rugby.

Con tan sólo 100000 habitantes, una población cercana a la de ciudades como Palencia, Ourense o Girona, Tonga ocupa la novena posición del ranking mundial superando a selecciones con más de un siglo de tradición como Escocia o combinados como Italia, miembro como el Xv del Cardo del selecto club del Seis Naciones y que cuenta con alrededor de 600 veces la población de Tonga.

Entre inmensas plantaciones de vainilla, palmito y coco crecen los que para muchos son los hombres con la genética perfecta para la práctica del rugby, dato no empírico que no pasa desapercibido para otras naciones que prometiendo mejores oportunidades a los chicos consiguen que los jóvenes tonganos jamás bailen el Sipi Tau, la danza de los viejos guerreros. Grandes jugadores como el flanker del XV del Dragón, Toby Faletau, los hermanos Faingaa o incluso el considerado por muchos como el mejor jugador de la historia, Jonah Lomu, que nació en Nueva Zelanda pero su origen es tongano y paso en el pequeño archipiélago su adolescencia, dejaron de lado la tierra de sus padres por la falta de organización tongana.

Las Águilas del Mar cumplen pocas de las características demográficas y económicas que debería tener una selección de rugby de primer nivel, pero su forma de combatir y su fuerza permite que los tonganos puedan retar a continuos pulsos a su destino. Nadie en las 170 islas tonganas olvidará jamás cuando su selección sorprendió al mundo en el Mundial de 2007 disputado en Francia donde tras vencer a sus vecinos samoanos y a Estados Unidos a punto estuvieron de imponerse a la Sudáfrica que semanas más tarde se proclamaría campeona del mundo, combinado de estrellas que sólo pudo imponerse a las Águilas del Mar a base de una defensa heroica y un equipo muy serio que aprovechó la falta de continuidad de la delantera tongana y su poca resistencia para finalmente vencer por 30 a 25.

Parecía que nunca volverían a tener las Águilas una oportunidad como aquella para pasar a la historia del deporte oval, pero el Mundial de Nueva Zelanda les brindó una revancha en la que sólo ellos confiaban. El estadio Westpac de Wellington, con una capacidad cercana a la mitad de la población del Reino de Tonga, albergó el encuentro entre la elegante Francia de los Morgan Parra y Maxime Médard, el dandy de Toulouse, y el rocoso combinado del Pacífico, un encuentro al que el Xv del Gallo llegaba como claro favorito. Lo ocurrido aquella tarde en la capital neozelandesa no sólo no se le olvidará a los habitantes del pequeño país polinesio, ese día las Águilas del Mar se quitaron ataduras y jugaron a Francia a pecho descubierto obligando a los franceses a jugar al ritmo que ellos marcaban consiguiendo una victoria épica. Pese a la hazaña fue Francia la que acompañó a Nueva Zelanda a cuartos de final aprovechando el punto bonus defensivo que obligaba a los tonganos a ganar con cuatro ensayos o más de siete puntos de ventaja para ser segundos. 

Francia terminaría siendo subcampeona en Nueva Zelanda y poniendo en serios problemas a la selección anfitriona, pese a el juego gris ofrecido durante todo el torneo, pero los días siguientes a la derrota en Wellington la prensa francesa tildó la derrota por 19 a14 contra los tonganos como el encuentro más humillante en la historia del XV del Gallo, los aficionados exigían que sus jugadores pidiesen perdón y de forma incomprensible el XV del Gallo fue el hazmerreír del planeta oval.

Mientras en el pequeño y un poco menos desconocido Reino de Tonga las danzas siguen todavía activas por la increíble hazaña de Finau Maka y sus Águilas del Mar, que no serán jamás protagonistas de grandes reportajes estadounidenses ni serán reclamo de las grandes firmas, pero que son el mejor baluarte de ese anuncio algo hortera que decía que Impossible Is Nothing


domingo, 17 de mayo de 2009

"Dios creó un equipo perfecto a los demás los llenó de extranjeros"

Escondidos en los bosques de la mediocridad durante décadas renacieron aquellos hombres llamados “leones” durante más de cien años por su coraje y gallardía, herederos de la sangre y el sudor derramado por héroes mitológicos como: Pichichi, Zarra o los valientes de la final de la UEFA del 77 en Turín.

Aquel escudo compuesto por las aspas de San Andrés y los lobos negros del escudo de armas de los Señores de Vizcaya volvía a la élite del fútbol, la gran oportunidad para dejar atrás los fantasmas del pasado y reencontrarse con la gloria se posaba expectante ante sus ojos.

El camino fue largo: se derrotó a dragones, se tomaron fortalezas y los más poderosos se arrodillaron ante ellos, se dejaron atrás las batallas de provincia y las catapultas de medio pelo, el Coliseo esperaba a los “leones” y detrás de sus piedras la llave para pasar a la historia. 55000 ojos hambrientos de la garra y el honor difícil de encontrar en estos tiempos esperaban a los hombres de Joaquín Caparros, un Bonaparte nacido en la localidad Sevillana de Utrera, al que nadie creyó cuando afirmó con rotundidad su absoluta confianza en aquellos veintidós hombres olvidados por muchos y menospreciados por todos.

Once fueron finalmente los elegidos para compartir el monte Olimpo con Zeus y Poseidón aquella noche de mayo del 2009: Iraizoz, Iraola, Ocio, Amorebieta, Koikili, Yeste, Javi Martínez, David López, Toquero y Llorente, todos ellos llevados por el criterio y la experiencia del capitán Orbaiz. Ante ellos gigantes de veinte metros y criaturas entrenadas desde su niñez para buscar la victoria sin hacer prisioneros, en definitiva, el mejor ejército de la tierra. Un viejo conocido con el que los vascos se enfrentaban 25 años después.

La batalla comenzó con un caballo de Troya en campo enemigo. El Athletic adelantó sus filas, el gran Barcelona de Pep Guardiola admirado y temido por rivales de todos los rincones de la tierra se escondía en el rectángulo del área como un conejo en el bosque de Sherwood defendiéndose de los arietes y las flechas de fuego con los que atacaban los valientes guerreros vizcaínos, soldados que entre cánticos y tambores de guerra creyeron en si mismos, jugando sin complejos ante aquel coloso. Fruto de esa confianza y ambición nació el primer gol, un tanto logrado por un Gaizka Toquero que saltó por encima de la muralla enemiga como sólo saben hacer los que no conocen el miedo y logró con un esperanzador cabezazo levantar de la butaca al más cojo y hacer olvidar sus penas a miles de personas sin rumbo, una diana con la que David momentáneamente se imponía a Goliath, 55 minutos en los que 11 mortales nacidos en la Ría de Bilbao jugaron con los Dioses.

El sueño terminó para el Athletic cuando el conjunto rival creado a base de asesinos a sueldo, venidos desde Costa Marfil hasta Argentina pasando por Bielorrusia y Camerún sacaron los carros de combate, los aviones bombarderos y los submarinos soviéticos, armas ante las cuales el valor y la entrega de los vascos no fue suficiente. La impotencia y las lágrimas se apoderaron de los “leones” de San Mames,  Joseba Etxeberria protagonista de Eurocopas y Mundiales lloraba en la banda del estadio de la Ciudad del Turía, el guipuzcoano era consciente de que esta era su última oportunidad para volver a ver a su Athletic en lo más alto. Finalmente el trofeo fue para el Barça, pero la entrega y el coraje de esta nueva generación tardará muchos años en ser olvidada.

martes, 4 de noviembre de 2008

vagos recuerdos de un joven marine


En estos tiempos en los que abundan los estadios con nombre de electrodomésticos y los equipos históricos capricho de jeques árabes y multimillonarios yanquis son pocos los que sobreviven a capa y espada contra el fútbol de monopoly y partida de póquer. Uno de estos abanderados es el Ajax de Ámsterdam.

El Ajax sin haber sido nunca a lo largo de su historia un equipo comprador, sino el club que nutre a la mitad de los grandes equipos europeos, atesora un palmarés que ya lo quisieran para ellos los Chelsea y Manchester City de turno: cuatro Copas de Europa, una Recopa, una copa de la Uefa y cerca de los treinta campeonatos holandeses.

En todos las ligas de este mundo exceptuando España, Inglaterra, Italia y en menor medida Alemania todo jugador que sepa darle al balón con las dos piernas y sepa diferenciar saque de esquina de saque de banda termina en un modesto equipo inglés o español, en cambio el Ajax siendo cantera de todos los gigantes de Europa como es, conserva jugadores como Huntelaar sin pagarle cifras astronómicas teniendo por seguro que cuando este se vaya no pasara por el trampolín de un equipo de primas por permanencia. Llevar la camiseta que en su día se enfundaron Van Basten o Johann Cruyff debe ser una satisfacción importante solo canjeable por clubes aspirantes a campeones de Europa.

EL secreto del Ajax es su cantera, y sus más de cuarenta ojeadores dirigidos con mano de hierro por el español Alfredo Arroyo que prueba a todos los chavales jóvenes que tiene a su alcance siendo una autentica utopía que pasen dos años sin que salga un nuevo talento del Ámsterdam Arena. La última Copa de Europa del Ajax fue para muchos la ultima reliquia del futbol clásico de alto nivel con un excelente equipo creado en casa única y exclusivamente llegando la selección tulipán a tener diez jugadores del Ajax en su once inicial. Aquel Ajax- Milán fue la primera final que recuerdo y con ayuda la primera alineación: Van der sar en portería, defensa de cuatro con: Reiziger, Blind, Frank de Boer y Riijkard. Centro del campo de vértigo con Seedorf, Ronald de Boer, Finidi, Davids y en punta Overmars y el finlandés Litmanen que terminaría siendo sustiuido por un joven chaval de nombre Patrick Kluivert que marcaría el gol definitivo para tumbar al gran Milán de Fabio Capello.


lunes, 13 de octubre de 2008

mi tío el americano

Poco antes de la aportación japonesa a los videojuegos los que eramos niños en los años 90 pasábamos tantas horas como tenia el día delante de aquellos viejos ordenadores que con un poco de perspectiva nos recuerdan aquel anciano alicaído que nos encontramos todas las mañanas con dos bolsas en cada mano, una gota de esfuerzo en la frente y una espalda que pide clemencia.

En mi caso y en el de buena parte de mi generación sólo encendíamos el robot para jugar al Pcfutbol con el cual nos hacíamos participes de ascensos antológicos, victorias en Champions League, fichajes increíbles y estadios cinco estrellas. En este videojuego presentado por el inmortal delantero de Liverpool y Osasuna Michael Robinson a partir de la cuarta entrega podíamos jugar partidos amistosos y reforzar nuestras alineaciones con un equipo ecuatoriano cuanto menos curioso llamado Barcelona de Guayaquil. Tras falsas hipótesis con mis amigos decidí informarme sobre el equipo en cuestión y si bien no es el Barça americano si tiene grandes similitudes que van más allá del parecido en el nombre y el escudo.

Fundado a mediados de los años veinte por inmigrantes catalanes, la pura casualidad hizó que el Barcelona de Guayaquil con el tiempo se convirtiese en el desaparecido hermano ecuatoriano de Luis XIV. Es como el Barça de los pocos privilegiados de su país que en toda su historia no pasaron por la Segunda división, tiene el estadio con más capacidad de Ecuador como también tiene el Barça en nuestra liga, participa en múltiples deportes que van desde el volley pasando por la natación o el béisbol, segundo equipo ecuatoriano con mas títulos siguiendo muy de cerca al nacional de Quito y mantiene duelos de enorme rivalidad contra el Emelec como tiene nuestro Barça con el Real Madrid. Eso sí, entiendo que a Lionel Messi y a Thierry Henry nos les haría mucha gracia la idea de parecerse al Guayaquil en sueldo y primas por objetivo cumplido.